Siempre segura de ti,
espera y observa de nuevo.
Engalanada y repuesta así,
es como te veo,
volcada y entregada al ingenio,
ese que hace posible tu inmunidad,
ese que te mantiene en tu reino.
Del que puedes disfrutar,
realzando y resurgiendo,
como te deseamos durante mucho tiempo,
todos los que te queremos.
Mi hermosa y preciada hija,
mi otro gran elemento.
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