Había una vez, un animal llamado hombre,
que reflexionando en voz baja,
susurraba así:
“Si fuese un animal, elegiría ser astuto;
para no dejar pasar ni un sólo insulto,
sabiendo identificar cualquier ocasión,
para morder con insinuación.
Si yo fuese un animal, sería líder.
Decidiendo quien me acompañe,
sin sorpresas, siendo afines.
Si pudiese ser un animal, sería el más fiero;
para observar y lambucear,
saboreando cada mordisco cazado,
como si fuese un gran trofeo,
nunca antes atrapado.
Si llegase a ser un animal, me inclinaría por ser esquivo,
antes que obligarme a poder alcanzar,
la condescendencia de mis amables vecinos.
Si alcanzase sentirme animal, no distaría de lo actualmente percibido,
lo que los humanos en general hemos perdido:
valores, sentimientos, honestidad y ... hasta los cinco sentidos.
Me pregunto: ¿y si no fuese animal qué sería?,
un distinguido, hermoso, familiar,
intuitivo, generoso, peculiar, tierno y poderoso...HUMANO,
dentro del espectacular mundo ANIMAL."
En ese mismo instante, despertó y vio resucitar
a esa persona que habitaba en su interior,
humilde y cabal, sorprendido no dejó de suspirar;
sabiendo que su sueño, bien podía haber sido real.
