miércoles, 24 de diciembre de 2014

A cielo abierto.


Si el abismo se puede divisar desde arriba, no me quedo con ganas de perderme en él.


Anhelando la paz y dejando atrás el bullicio, que frenan mis ganas de aceptar la humanidad.


Y si por estar en lo alto dejo de percibir el olor a tierra mojada, me mantendré fuerte.


Si por anclarme al vacío pierdo la conciencia, dejadme disfrutar de la felicidad absurda de la nada.


Si por haber ascendido merezco un premio, que sea ese que a nadie le susurro.


Dejadme inhalar las nubes, ellas me alimentarán experimentando una atmósfera distinta.


Este es mi sitio, mi paraiso, mi reino.


No vengas aquí a molestar.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Dos nacimientos, y ninguno en Belén

Si pudiese pedir un deseo sería el de sentir de nuevo como nacías.
Saliendo tan fácilmente de mis entrañas,
para colocarte a mi lado,
sin dejar de observarte, y con sumo cuidado.

Tan suave, flacucha y arrugada llegaste,
para convertirte hoy en la niña,
que el corazón me arrebataste.

Me regalas tus risas y a veces llantos;
que con unas cancioncillas y teatro!
hacemos que terminemos con abrazos.

Transcurriendo tantas horas unidas
hemos disfrutado como dos buenas amigas;
poniendo barreras en ocasiones,
para que como cómplice y madre,
pueda ponerle objeciones,
ayudándola a tener más intimidad,
y menos generosidad.

Advirtiéndoles de falsos y peligros,
que con buen trato y cariño,
intentarán hacer sucumbir a sus delirios,
infiltrados y entramados,
de los que tendrán que salir escudados.

Hoy los envolvería en una red,
para poderles mostrar lo sencillo que es, salir ahí fuera y volar;
y lo complicado que resulta luego,
mantener ese vuelo sin caer ni tropezar.

Una vez salido del cascarón,
remontarán como suelen pensar;
ese trayecto los transformará,
y de forma autónoma y segura,
los fortalecerá y entonces...
me volveré a sentir igual que el primer día.

Con mucha alegría ya sin apuros,
y tan madre como cuando los vi parir;
llorando al traerlos al mundo,
y pensando en cuánto les queda por vivir.

lunes, 15 de diciembre de 2014

El último adiós.

Tan cierta como débil es tu partida,
acusando en ti toda la lucha,
que en años ha sabido ganarte,
sin que hayas podido seguir adelante,
sin otro acierto que el de sedarte.

Duro y áspero fue el final de tu camino,
no menos que esa complicada vida,
en la que se reunieron para deteriorarla,
sin esperar tu respuesta tan dulce, como sabia.

Guardo tu imagen valiente y firme, orientada;
sabiendo afrontar con coraje cada segundo de vida que te quedaba.

Yo puedo, yo tengo, yo voy, yo siento;
tantos propósitos unidos,
que atrás quedaron y no poco ciertos.

Grande tu voluntad, grande tu persona,
grande tu cariño, tan grande como tu sombra.

Ahora echaremos de menos tu dulce risa,
que como un retrato te inmortaliza.
Cubierta de amor en paz descanses,
de esta mortal vida que abandonaste.

viernes, 5 de diciembre de 2014

... querer continuar.


El día que me sienta libre,
ese día te enterarás.
De todo mi dolor mal recibido,
de tanto malestar;
tatuando en mí un horrible personaje,
un diablo con tridente detrás.
Guardando sus colmillos y sangre
para futuras presas, que han de llegar.

Tengo mi cura y remedio a la herida,
esa que te has propuesto ahondar.
Un película que haga resbalar,
este odio y mal que irradias,
sin querer disimular;
a todos lo que te escuchan,
a todos los que te oirán;
les puedo sugerir una cosa,
les puedo decir mi verdad.

Aunque prefiero desangrarme
antes de solicitar;
el consuelo y socorro de alguien,
que pueda aparentar,
ser una persona coherente,
diferente a las demás.
Porque al final,
el lobo se esconde tras la piel del cordero,
y yo siento por ese animal;
que tenga que llevar encima,
sin poder rechazar,
esa carga innecesaria,
ese conocido malestar.

Con lo sencillo que sería,
"vivir y dejar vivir en paz".