Amor de puntillas

Ay de mí que no freno,
ante mi ángel, un besuqueo.
Ay que no me contengo,
cuando te miro, te deseo.
Ay tan cerca te siento,
que si me hablas, me bloqueo.
Ay que débil soy,
que si me empujas,
no me enojo, me alegro.
Ay pobre del que se te arrime,
saldrá escaldado y sin pelo.

Tierna solidaridad.

Dime papá, ¿puede venir a merendar un amigo? Te prometo que es muy buen niño, cuida de mí y me defiende ante los demás.

Dime papá, ¿puedo prestarle mis libros? Ya los he leído todos y él no tiene ninguno, ojalá le podamos dar más.

Dime papá, ¿se puede quedar a merendar? Son muchos en su casa y su madre no los puede ni alimentar.

Dime papá, ¿te sobran calcetines? Le podemos dar unos cuantos pares, y no pasará frío, y se calentará.

Dime papá, ¿te has quedado mudo? Me enseñaste a pedir ayuda, y socorrer a cualquiera que lo necesite, sin dudar.

Nunca pensé hijo, que todo ésto te fuese a llegar, y es para mí un gran orgullo, saber que mis palabras te iban a llegar, de tal forma que sin percatarme antes, tu corazón ha sabido amar.

Dedicado a todos esos voluntarios que sin discriminación alguna, brindan su vida a los más necesitados.

Alzar la vista

Transformar ventana en puerta,
el techo en cielo,
podrás disfrutar del paraíso,
sin pasar por el tan temido infierno.

Con un soplo de aire fresco,
alzarás bien alto tu vuelo.

Hasta que consigas impulsar,
equilibrar y celebrar,
madurar y aceptar,

tu eterna libertad.

Ríndete.

Llegar hasta ti será mi misión,
no revelarte mis deseos,
será a condición,
de que entiendas mi única obsesión.

Tu felicidad, mi rendición,
tu serenidad, mi gran ilusión;
tu conformidad, mi expectación.

¿Podrás resistir a tanta concentración?

Me llevará a sacar de mí lo mejor;
aunque no quiero de ti, lo peor.

Necesito tu ayuda, tu consenso,
sin coacción;
permite que te ame,
tan sólo como una madre,
únicamente como sé,
por ser quien soy... sólo yo.

Amueblando lo diáfano.

Congraciarme no es sencillo,
sobre todo después de tanto vivido,
aún resistiendo a mil batallas,
me quedé sin fuerzas, ni brío.

Nada fácil, es más bien un desafío,
continuar firme y seguro,
... antes hubiera sido un caso perdido.

Sacando pecho, alzando barbilla,
te enfrentas con demasía,
a que si la vida te limita hasta llegar a no encontrar tu valía,
te plantes, respires y resurjan de nuevo tus manías.

Nadie más que tú, conduce y domina ese corazón,
así que muéstrale el camino,
para que triunfes de nuevo,
y gane por encima de todo, la razón.

Lunático bigotón.

Con paciencia y dedicación,
observo, miro y te presto atención.

A ese infinito cielo, manto de estrellas,
que sin quererlo,
lucen brillantes,
y alguna con estelas.

Si pido deseos, que sean:
vivir más de siete vidas,
caer siempre de puntillas,
vencer mi miedo al agua,
que me acaricies el alma.

Deseoso estoy de verte,
para dedicarte a ti mi gata,
mi dulce canto, mi serenata.

Aunque tenga que pasar largas horas despierto,
me tallaré en roble,
me mantendré silencioso y quieto.

Haré que mi sombra te guíe noctámbula,
acariciándote muy de cerca,
con suavidad;
aún contando con tu
ignorancia,
que presa del pánico,
te envuelve y atrapa.

Que sea esta oscuridad mi cómplice,
mi amiga,
para que traigan a estos bigotes,
a mi dulce amada,
a mi tierna minina.

Sospecho que me quieres.

Tendría tanto que darte,
que no imaginas lo feliz que serías.
Siempre juntos los dos,
siempre en armonía.

Parece que no adviertes mi intención, mi osadía;
de escribirte esta carta de amor,
un billete a la alegría.

Te prometo ser tu mejor amigo,
defenderte ante los demás;
guardando tus besos en mi bolsillo,
y nuestros secretos en el país de "nunca jamás".

Toma el tiempo necesario para contestarme,
que mi amor por ti no cesa,
seré constante y al final...

Serás tú la que quieras conquistarme.

CONSTRUYENDO.

Sabiendo que nadie me entendería, me armé de valor, cerré los ojos y me puse a pensar.

Tan sólo al imaginar, me sentí tan feliz que no me cabían dentro los pensamientos.

Fue entonces cuando decidí sacarlos a luz, y hacerlos realidad.

Desde ese momento, cada día me gusta más ir por la vida, con los ojos cerrados.

No hay mejor vista que la que deseas; y mejor pensamiento que el que imaginas.

Soltando lastre.

Por imaginar, la mente escapa.
Por acertar, la realidad distorsiona.
Por soportar, la verdad se disipa.
Al soñar, el subconsciente avala.