Cálida noche en la que no concilias el sueño,
se cruzan disparates y emociones;
sin poder esclarecer la mente cargada,
de tremendas intenciones.
Escandilada cierro mis ojos;
para que esa llama que ilumina sea mi aliada.
Intentando soñar despierta abrazo una almohada.
Es tan culpable la alucinación esquiva,
que persevera en alcanzar sus objetivos;
persuadiendo a mi retina,
que rememora momentos pasados,
sin ayuda de ninguna camarilla.
Persigo mi descanso. Es el momento de rivalizar,
así pues vuelvo a la realidad.
Dulces y serenos sueños, me volverán a encontrar;
nocturna y cómplice perfecta, esperando rendirme,
para sin querer volver a fantasear.
Mariló M.Jaramillo.
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