Un gran deseo surge en mí,
a sabiendas de que me atrape;
me arriesgo a su diluir,
saboreando cada instante.
Sin escapatoria te buscaré,
para poner en ti todo mi ser;
alegre me encaminaré,
rozando tu sombra al amanecer.
Malditas las horas que distan,
hasta que nos volvamos a ver;
benditas todas tus palabras,
que acarician los poros de mi piel.
¡Qué ilusión! ¡cuánta emoción!
Continúa mi expectación.
Doy marcha atrás sin pausa,
hasta nuestra siguiente conexión.