miércoles, 28 de enero de 2015

Tierna solidaridad.

Dime papá, ¿puede venir a merendar un amigo? Te prometo que es muy buen niño, cuida de mí y me defiende ante los demás.

Dime papá, ¿puedo prestarle mis libros? Ya los he leído todos y él no tiene ninguno, ojalá le podamos dar más.

Dime papá, ¿se puede quedar a merendar? Son muchos en su casa y su madre no los puede ni alimentar.

Dime papá, ¿te sobran calcetines? Le podemos dar unos cuantos pares, y no pasará frío, y se calentará.

Dime papá, ¿te has quedado mudo? Me enseñaste a pedir ayuda, y socorrer a cualquiera que lo necesite, sin dudar.

Nunca pensé hijo, que todo ésto te fuese a llegar, y es para mí un gran orgullo, saber que mis palabras te iban a llegar, de tal forma que sin percatarme antes, tu corazón ha sabido amar.

Dedicado a todos esos voluntarios que sin discriminación alguna, brindan su vida a los más necesitados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario