lunes, 26 de enero de 2015

Amueblando lo diáfano.

Congraciarme no es sencillo,
sobre todo después de tanto vivido,
aún resistiendo a mil batallas,
me quedé sin fuerzas, ni brío.
Nada fácil, es más bien un desafío,
continuar firme y seguro,
... antes hubiera sido un caso perdido.
Sacando pecho, alzando barbilla,
te enfrentas con demasía,
a que si la vida te limita hasta llegar a no encontrar tu valía,
te plantes, respires resurjan de nuevo tus manías.
Nadie más que tú, conduce y domina ese corazón,
así que muéstrale el camino,
para que triunfes de nuevo,
y gane por encima de todo, la razón.

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