Sal de aquí, nadie te ha invitado.
Vete no eres bien recibido,
y llévate lejos tus halagos.
No quiero escucharte,
no necesito más cuentos,
tienes mucho que callarte,
y te faltan argumentos.
Ahora no eres bienvenido,
márchate por donde viniste,
que dejaré en el olvido,
todo el daño que me hiciste.
Es de precavido,
no herir a nadie,
porque seguro...
que pasa por tu lado,
te roza;
te quema y te muerde.
No habrá vacuna para curarte
de esa rabia, ese desgarro,
ni medicinas para tu dolor;
debes ir pasándolo poco a poco,
tan mal como lo pasé yo.
Lo siguiente será echarle cara,
a esos rutinarios días,
imaginando un mañana,
donde no haya lugar a mentiras
ni más sombras, ni más arañas.
Aunque te pareza todo en contra,
lo será más si no atiendes a razones.
Me depido de ti, sin ninguna pena,
deseando que seas feliz,
bien lejos y fuera!
Mariló M.Jaramillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario